Fallidos adioses...
Una tarde de esas en las que se hacen cosas que no deben hacerse,
nos vimos en un parquecito asediado por edificios tan de clase media
que. Y hablábamos de esas cosas muy maduros, nosotros, muy elegantes;
respetuosos y refinados como porcelanitas chinas. Pero ella dijo la
Palabra Prohibida y se me escapó una lágrima por una grieta...
Así que a apretar las manos, entonces. Enderezar la espalda y levantar el mentón; todo un hombrecito, ya ves.
Así que a apretar las manos, entonces. Enderezar la espalda y levantar el mentón; todo un hombrecito, ya ves.
Hasta que unas manos pequeñas y de una dulzura inesperada en mis mejillas. Y su voz.
- Shhh... shhh... Que se te están llenando de pájaros los ojos...
Esas precisas palabras usó.
Maldición. Cómo no amarla, entonces...
- Shhh... shhh... Que se te están llenando de pájaros los ojos...
Esas precisas palabras usó.
Maldición. Cómo no amarla, entonces...
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